“En la primera línea / pensé en vos / amiga” (Mario
Benedetti)
1 Conocí a mi amiga Aurora en la ciudad de Montevideo, en
Uruguay. Hace tres años, quizá cuatro, una
tarde cercana a la noche templada perdida en un mar de calendarios ya vencidos.
Días después nos encontramos hablando ya “con sospechosa
objetividad de grandes temas en dos volúmenes…”
Así ha sido desde siempre. Mi amiga Aurora es el camino más
cercano entre el Cerebro y el Corazón.
Por cierto, nunca estuvimos a conocernos en alguna calle Montevideana,
sin embargo, de no haber sido por el paisito, tampoco estaría celebrando la
vida y el encuentro.
“En esa época iba en tercero de primaria” (Iracunda Robles)
“La Biblia, las mujeres y los modistos no tenemos edad”
(Mauricio Garcés)
2 A mi amiga Aurora y a mí nos confunde el tiempo, sin
embargo también nos coincide, nos deja en el mismo renglón o nos convierte en
rimas asonantes. El tiempo es pretexto de complicidades, para andar en épocas
en los que no éramos ni siquiera paternas promesas de amor sin final. Mi amiga
Aurora proyecta su futuro con la autoridad de la memoria, de la imposibilidad
del olvido, es el poema escrito en la bóveda celeste que me apresto a leer
desde la firmeza de mi suelo.
“Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir,
a la voz humana no hay quien la pare” (Eduardo Galeano)
3 Mi amiga Aurora cuando intenta (fallidamente) clausurar la
puerta del corazón, entones abre de par en par la ventana de la palabra. Y no
sólo habla con sus voz, más bien (“más mejor” diríamos en el pueblo) habla con
la voz de las manos, con la huella de sus dedos pintadas en el papel. Cuando
escribe, su palabra se desviste de voz y cubre su desnudez con el brillo de una
inteligencia inagotable, terca, necia y entrañable.
“Le nuit chavire ton corps navigateur… /tu dors et le temps
te désarme…”
(“La noche vuelca tu cuerpo navegante…/duermes y el tiempo
te desarma…” Jean Royer)
4 MI amiga Aurora no duerme. Bueno sí, pero muy apenas. Lo
suficiente para tener la excusa perfecta a sus divergencias con el reloj. Su
noche de reposo empieza con el punto final de algún texto. Dicen que la noche
tiene su encanto. Mi amiga Aurora ya sufre su contagio.
Andrés Guillén.
Ciudad de México, 31 de mayo 2012.